Wednesday, December 9, 2015

De hecho, se puede oír el cambio climático.






La inmensa librería de grabaciones de campo de Bernie Krause revela una triste 

verdad: los sonidos salvajes desaparecen rápidamente.


Por Leath Tonino  
Traducido por Carlos Chocontá
Publicado el 7 de diciembre de 2015
Fuente: Outside
    
You Can Actually Hear the Climate Changing





















Krause in California’s Sugarloaf Ridge State Park.    Photo: Ian Allen


El ecologista sonoro Bernie Krause ha grabado jaguares en el Amazonas, hielo en la Antártica, 
insectos en Zimbabwe, tormentas en Borneo y orcas en el Pacífico. Con sus 77 años de edad, 
empezó a estudiar los sonidos de la naturaleza a los 30 años de edad y luego obtuvo un PhD en 
artes creativas. )Esto después de dos exitosas décadas como músico y productor.)  Desde entonces 
ha viajado por las más remotas áreas del mundo para crear una librería de audio que empezó 
como un inventario de las sinfonías propias de cada ecosistema, pero se ha convertido en una 
manera de documentar la biodiversidad, y más recientemente, su pérdida.

El archivo de Krause ahora consiste de más de 5,000 horas de lo que él llama grabaciones de 
campo "de hábitat completo".  Para obtenerlas, el monta un micrófono con protección para el 
viento en un trípode, lo conecta a una grabadora portátil y captura todo lo que ocurra. Más de la 
mitad de los 3,700 hábitats representados en el archivo desde Yellowstone por Australia hasta su 
propio patio en Glen Ellen, California ahora están silenciosos o con una disminución severa 
causada por actividades humanas como minería, tala, caza, urbanización, trafico aéreo, guerra o 
cambio climático. Outside habló con Krause brevemente tras el lanzamiento de su nuevo libro 
Voces de la selva: Canciones animales,  estruendo humano y el llamado para salvar los sonidos 
naturales, para discutir cómo los sonidos salvajes nos permiten examinar cambios que, de otra 
manera, nunca notaríamos y si ellos pueden estar por desaparecer para siempre.


OUTSIDE: Qué es la ecología sonora?






KRAUSE: La mayoría de nuestra escritura y pensamiento sobre el mundo natural es visual. Si se 
ve lindo, si es visualmente espectacular, en eso nos concentramos. Tenemos el lenguaje descriptivo 
para ese tipo de reflexión. Pero tenemos muy pocas palabras para describir en gran detalle los 
sonidos que oímos al caminar por un bosque. La ecología sonora es, en parte, una respuesta a esta 
ausencia. Es el estudio del sonido que viene de los paisajes -urbanos, rurales, salvajes. Me concentro 
en los organismos en lugares remotos y sin alteraciones. Yo lo llamo la biofonía: todos los 
organismos vivos que vocalizan en un hábitat dado, sonando juntos. También hay sonido natural 
en un hábitat por el viento en los árboles y el agua en un arroyo. Me refiero a esos sonidos no 
biológicos como geofonía.


En su nuevo libro, usted señala que esas biofonías nos ofrecen "numerosos prismas a

 través de los cuales podemos apreciar nuestra relación con el mundo de las criaturas 

no humanas."






Es tan importante que empecemos a investigar esos prismas y a explorar lo que tienen para 
enseñarnos-y pronto. El sonido natural es muy frágil, y está desapareciendo muy rápidamente.


¿Cuáles sonidos son los primeros en irse?






Usualmente, eso es llamado particionamiento. En un hábitat saludable, insectos, anfibios, reptiles, 
pájaros, y mamíferos forman nichos acústicos, territorios sonoros que establecen para que sus 
voces puedan ser escuchadas sin ser obstaculizadas por otros. Esas particiones son críticas para su 
supervivencia. Esa cohesión empieza a romperse en hábitats que sufren, incluso de manera ligera.

Por ejemplo, hay compañías madereras que creen que los proyectos de tala selectiva tendrán casi 
ningún impacto ambiental; sólo se toma un árbol aquí y otro allá. Pero si se prest atención a los 
sonidos de los organismos vivos localizados en un lugar especifico, otra historia aparecerá. Si se 
puede obtener unas grabación de base antes de que la tala selectiva empiece, y luego una grabación 
de seguimiento después de que los primero cortes se hayan hecho, se oirán algunos cambios notables.

¿Qué impacto ha tenido la sequía en la biofonía alrededor de su hogar en California?

No hubo canto de pájaros en absoluto esta última primavera o verano en el Valle de la Luna, en 
el condado de Sonoma. Hubo pájaros, y hubo algunos llamados, pero no hubo canción.

¿Usted ha gastado una cantidad significativa de tiempo grabando en esa área, 

especialmente en Sugarloaf Ridge State Park. 

Inicialmente grabé en Sugarloaf en 1994. Es a 20 minutos en auto de mi casa, así que es 
conveniente y puedo entrar en cualquier momento. También, quería medir el equilibrio dinámico 
del lugar-el rango de su expresión biofónica en cuanto a su densidad y diversidad-a lo largo de la 
primavera. Cuando no quería hacer largos viajes internacionales, aún podía grabar en ese lugar, 
el cual empecé a querer.

¿Qué cambios ha observado allí en los últimos 20 años?

La mayoría de mis grabaciones en Sugarloaf han sido hechas en Marzo y Abril, al amanecer, 
cuando es fresco-alrededor de 0°C. Hago el montaje justo antes del crepúsculo náutico, cuando 
aún está oscuro en el suelo, pero el horizonte esta bastante bien delineado por la luz que se acerca. 
No hay viento a esa hora. El único sonido es el arroyo, que fluye a través del paisaje a unas 50 
yardas de donde generalmente grabo. La lluvia normal en el a´rea es de 30 pulgadas al año; en 
los últimos cuatro hemos promediados menos de ocho. Cuando el arroyo no tiene agua debido a 
la falta de lluvias, la quietud es inquietante y algo desconcertante.

En el 2004, cuando el arroyo corría a plenitud, la biofonía se componía del junco de ojos oscuros, 
y gorriones de corona dorada y de corona blanca, towhees de California, carpinteros belloteros, 
picogordos de cabeza negra, petirrojos americanos, gorriones de Brewer, halcones de hombros 
rojos y pavos salvajes. Entre el 2009 y el 2015, con el impacto total de la sequía, se oye una 
ausencia completa de densidad y diversidad. Sea o no que recupere vitalidad, es algo por ver. Es 
una narrativa cierta, diciéndonos que algo está desesperadamente mal.

¿Cree que el ambiente sonoro se pueda recuperar?

Siempre está en estado fluido. Por eso, nunca oirá el mismo tipo de grabación más de una vez. 
Empiezo a creer que no importa lo que los humanos hagamos, algo logrará ajustarse y sobrevivir. 
Aunque tal vez no seamos nosotros.


                                                   El cambiante paisaje sonoro: 


  • La selva costaricense


Midiendo las consecuencias de la deforestación comercial en la península Osa

1989: Mi primera grabación de la península Osa de Costa Rica, cuando el bosque tropical no 
había sido aún deforestado.

1996: Después de que el lugar fue deforestado la densidad y la diversidad de la biofonía 
desparecieron, mostrando el extremo desgaste del hábitat.

  • El arrecife de Fiji
Grabando el sonido de un arrecife moribundo cerca a la isla de Vanua Levu.


1995: Grabamos dos secciones de arrecife de coral: uno vivo y otro muerto. Esta porción del 
arrecife estaba aún saludable. Grabamos 11 especies diferentes de peces y un camarón chasqueador.



1995: A unas 400 yardas, el mismo arrecife se ha decolorado y moribundo por el calentamiento
del océano, acidificación y polución. No encontramos peces viviendo ahí.


  • La pradera de California

Documentar el impacto de la tala selectiva en Lincoln Meadow en la Sierra Nevada de California

1988: La primera grabación fue realizada en junio antes de que comenzara la tala selectiva. Nos 
habían dicho que la tala no afectaría el medio ambiente; hicimos esta grabación de base con permiso.

1989: Grabamos este clip exactamente un año más tarde. Muestra que la biofonía decayó 
significativamente. He vuelto a Lincoln Meadow 15 veces en los últimos 25 años y la biofonía 
aún tiene que recuperarse.

No comments:

Post a Comment